¿Qué tipo de tarjeta debería dar a mis hijos?

 

Si utilizas cada vez menos el efectivo y todo lo pagas con tarjeta o desde el propio teléfono móvil, ¿por qué piensas que tus hijos se van a conformar cargando con todas las monedas y billetes que reciben? Ellos son 100% digitales y, cada vez más, reclaman su autonomía. Por tanto, la pregunta está clara: ¿Qué tipo de tarjeta debería dar a mis hijos?

No hay que temer a la libertad financiera de los más pequeños de la casa. (Reconozcámoslo, aunque tengan entre 14 y 17 años seguirán siendo “los peques de la casa”). Tarde o temprano tendrán que enfrentarse a la realidad, tomar decisiones y formar parte del “mundo adulto”, con sus cosas buenas y malas. Así que, ¿por qué no empezar cuanto antes? Al menos en lo que a sus finanzas se refiere.

Se acabó que te pida tu tarjeta para comprar por Internet la última extensión de su videojuego favorito. Tu hijo/a ya tiene edad de tener su primera tarjeta para poder gastar su dinero con total libertad.  

Además, es posible que necesite de una tarjeta para hacer frente a situaciones como un viaje con el colegio, un intercambio o, simplemente, salidas de ocio.

Tarjetas para jóvenes

Desde el momento en que nos regalan nuestra primera hucha ya aprendemos a manejar nuestro dinero, ¡desde bien niños! 

Es cierto que cada persona aprende a un ritmo distinto, sin embargo ¿no crees que es mejor dejarles cometer errores bajo tu supervisión que cuando estén solos e independizados? Especialmente si hablamos de su economía.

Las tarjetas para jóvenes son la solución ideal puesto que permiten que los hijos controlen su propio dinero y, al mismo tiempo, que los padres monitoreen el gasto y les aconsejen. ¡Enseña a tus hijos a controlar sus gastos! Independientemente de la tarjeta elegida, es importante enseñarles la importancia de una buena educación financiera

Actualmente se pueden encontrar diferentes tipos de tarjetas para jóvenes. Conócelas a continuación.

 

Tipos de tarjeta para tus hijos

1. Tarjeta de débito con cuenta bancaria

Esta opción implica abrirles una cuenta bancaria, con una tarjeta de débito, a través de las cuentas juveniles que ofrecen algunas entidades financieras. Un proceso tedioso por todo el trámite administrativo que conlleva, páginas repletas de condiciones y letras pequeñas que tendrás que firmar.

Se necesita de autorización de los padres o tutores legales, que siempre podrán acceder como autorizados a la cuenta y controlar los gastos. Al cumplir los 18….¡adiós!

2. Tarjeta adicional asociada a tu cuenta bancaria

Es posible que tu banco te permita disponer de una tarjeta adicional para un menor de edad. Sin embargo, el principal problema de este tipo de productos es que tu hijo/a tendrá acceso a todo el dinero depositado en esa cuenta. ¡Precaución!

3. Tarjeta de crédito

En la actualidad, ningún banco permite a un menor de edad disponer de crédito. En todo caso, el jóven podría disponer de una tarjeta de crédito si el padre solicita una tarjeta adicional vinculada a su tarjeta.

En ningún momento podrá ser titular. Ahora bien, ya se sabe lo que conlleva este tipo de tarjetas. Capital a crédito = deudas. ¡Peligro!

4. Tarjeta prepago sin cuenta bancaria

La opción más segura. ¿Por qué? Porque no está asociada a ninguna cuenta bancaria (por tanto, adiós al papeleo, a gastos de mantenimiento y a permanencias) y tu hijo gastará sólo la cantidad que recargue. ¡Todo bajo control!

Muchas tarjetas prepago permiten ya controlarse desde App, como la tarjeta Bitsa Young. De esta manera, tus hijos podrán gestionar cómodamente su dinero, previa autorización paterna.

Tanto si van de viaje y necesitan comprar algo, si quieren pagar una suscripción digital, o como si quieren comprar la merienda en el centro comercial, los jóvenes ya pueden disfrutar de su libertad económica. ¡Incluso solicitar más saldo a los padres ante posibles imprevistos!

Así pues, volviendo a la pregunta principal (¿qué tipo de tarjeta debería dar a mis hijos?) la respuesta está clara: una tarjeta que le otorgue a ellos más libertad y a ti más tranquilidad, que sea segura y cómoda.